La Zona del Triángulo
de Ballesta está repleta de referencias históricas, urbanísticas,
arquitectónicas y literarias. Vivió una peculiar historia
y desarrollo urbano. Está repleta de edificios de interés
histórico y cultural. Numerosos escritores, obras literarias y tradiciones
están relacionadas con las calles del triángulo ballesta.
HISTORIA DEL BARRIO
Lo que hoy es el Triángulo de Ballesta no era, hasta mediados
del siglo XVI, más que terrenos de arrabal, una zona de huerta
con pequeñas
construcciones y explotaciones agrícolas, muladares... El Concejo
de la Villa se hizo entonces con una importante extensión del
terreno, y comenzó el desarrollo
urbano de la zona.
La variada demanda del área dará como resultado un entramado
social variado y variopinto. Por una parte clases populares —gran
parte de ellas venidas de provincias- para las que el casco histórico
resultaba inaccesible. De otra parte, oficios y actividades necesitadas
de espacio o de cierto aislamiento, todo ello junto a la construcción
de grandes edificios y casonas destinados a la residencia de cierta
nobleza. Aquí pasearon sus títulos el Marqués
de Regalía, la Marquesa de Feria, el Marqués de Terán,
el de Pesadilla o el Vizconde de la Huerta. Se inició así un
proceso de enorme actividad constructiva en toda la zona, y a partir
del siglo XVII aquí seestablecerían diversas instituciones
religiosas, algunas de las cuales perviven, comoSan Antonio de los
Portugueses -hoy de los Alemanes-, el Convento de Mercedariasde D.
Juan de Alarcón o la actual parroquia de San Martín.
A mediados del siglo XVIII ya estaban configurados estos terrenos,
sin que hayan sufrido graves alteraciones posteriores, excepto las
manzanas afectadas por la apertura de la Gran Vía y su contigua
plaza de Soledad Torres Acosta, ya en el siglo XX. El documento en
el que queda recogido de manera exacta este momento es laPlanimetría
General, elaborada en torno a 1750, en tiempos de Fernando VI, y donde
se identifican ya la calle 'Foncarral Alta', la calle de 'Balberde',
la
plazuela de San Ildefonso, la calle del Desengaño...
paso a la modernidad >
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